jueves, 23 de agosto de 2018

A la manera de Juan Mairena



I
¡Torreperogil!
¡Quién fuera una torre, torre del campo
del Guadalquivir!

II

Sol en los montes de Baza.
Mágina y su nube negra.
En el Aznaitín afila
su cuchillo la tormenta.

III

En Garciez
hay más sed que agua;
en Jimena, más agua que sed

IV

¡Qué bien los nombres ponía
quien Puso Sierra Morena
a esta serranía!

V

En Alicún se cantaba:
«Si la luna sale,
mejor entre los olivos
que en los espartales».

VI

Y en la Sierra de Quesada;
«Vivo en pecado mortal:
no te debiera querer;
por eso te quiero más».

VII

Tiene una boca de fuego
y una cintura de azogue.
Nadie la bese.
Nadie la toque.

Cuando el látigo del viento
suena en el campo: ¡amapola!
(como llama que se apaga
o beso que no se logra)
su nombre pasa y se olvida.
Por eso nadie la nombra.

Lejos, por los espartales,
más allá de los olivos,
hacia las adelfas
Y los tarayes del río,

con esta luna de la madrugada,
¡amazona gentil del campo frío!...



No hay comentarios:

Publicar un comentario