viernes, 15 de febrero de 2019

Muertos del noventa y dos - Arthur Rimbaud



Muertos del Noventa y dos y del Noventa y tres,
que, pálidos del beso que da la libertad,
tranquilos, destrozasteis con los zuecos el yugo
que pesa sobre el alma y la frente del mundo;

Hombres extasiados, grandes en la tormenta,
vosotros, cuyo amor brincó envuelto en harapos,
soldados que la Muerte sembró, Amante noble,
para regenerarlos, por los antiguos surcos;

cuya sangre lavó la grandeza ensuciada.
Muertos allá en Valmy, en Fleuru, en Italia,
millón de Cristos, Muertos, de ojos dulces y oscuros;

dormid con la República, mientras nosotros vamos
doblados bajo reyes como bajo una tralla.
-Pues son los Cassagnac los que ahora os recuerdan.


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