lunes, 14 de marzo de 2016

El rey de Thule - Johann Wolfgang von Goethe



Hubo en Thule un rey constante
con su amada, la que un día,
al morir, dejó a su amante
áurea copa que tenía.

Fue, de allí, la taza de oro,
don de mágica riqueza,
y al beber, la real tristeza
la humedecía con lloro.

Cuando el rey vio su partida
cercana, dio al heredero
la ciudad y un mundo entero,
menos su copa querida.

Sentóse luego a la cena
en medio de sus magnates,
y al pie rugen los embates
del mar que la sala atruena.

Allí el bebedor anciano
brinda última vez su copa,
la echa al mar y el mar la arropa
en su lecho soberano.

La ve hundirse; que se llena
y se pierde en lo profundo...
Y el rey llora su pena
no bebió más sobre el mundo.


Otros blogs que te pueden interesar.


Image and video hosting by TinyPic

No hay comentarios:

Publicar un comentario